Ø Proteger a la víctima del frío, trasladarla a un lugar cálido y quitarle las prendas mojadas. Si sufre hipotermia, ésta debe ser tratada en primer lugar; y si el paciente está consciente, es recomendable ofrecerle bebidas calientes.
Ø Si se dispone de ayuda médica inmediata, envolver las zonas afectadas en compresas estériles (sin olvidar separar los dedos de las manos y los pies afectados) y trasladar al paciente a un servicio de urgencias para tratamiento definitivo.
Ø Si no se dispone de ayuda médica inmediata, se recomienda recalentar las zonas afectadas frotando suavemente con las manos, siempre en dirección al corazón. Nunca se deben utilizar calefactores o chimeneas. Otra opción sería sumergir las zonas afectadas en agua, aumentando la temperatura poco a poco hasta llegar a los 37 ó 38º centígrados.
Ø Durante el calentamiento puede presentarse ardor, hinchazón y cambios de color. El calentamiento es efectivo cuando la piel está suave y retorna la sensibilidad.
Ø Cubrir con gasas secas y limpias las áreas congeladas, separando los dedos de las manos y los pies afectados y envolverlas con algodón si se dispone de él.
Ø Elevar el miembro para evitar el edema.
Ø Mover las áreas descongeladas lo menos posible.
Ø La recongelación de las áreas descongeladas puede provocar daños más severos, por lo que si no podemos garantizar que no se produzca, siempre es preferible demorar el proceso inicial de recalentamiento.
Ø Trasladar al paciente tumbado y cubierto con mantas a un servicio de urgencia.
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