jueves, 26 de mayo de 2011

Técnicas de preparación y administración de medicación por vía oral, tópica y rectal.

Antes de administrar un fármaco a un paciente SIEMPRE será necesario seguir cuidadosamente los siguientes PASOS PREVIOS:

  • Comprobar que el medicamento es el correcto.
  • Comprobar que el paciente es el correcto.
  • Comprobar que la vía de administración que vamos a utilizar es la correcta.
  • Comprobar que la dosis es la correcta.
  • Comprobar que lo administramos a la hora correcta.


Además de estas cinco comprobaciones, también contrastaremos que:




  • El medicamento ha sido prescrito correctamente por el médico.
  • El paciente NO sufre alergia al medicamento que le vamos a administrar.





A. Vía oral.

Consiste en la toma del medicamento por la boca. Es la vía más utilizada por su comodidad y por ser, generalmente, bien aceptada por el paciente.


Sus inconvenientes son la lentitud en la absorción del fármaco y, por tanto, del comienzo de sus efectos, además de la posible irritación de la mucosa gástrica.


Los medicamentos que pueden ser administrados por vía oral se suelen presentar en uno de los siguientes formatos:




 . Comprimidos . Cápsulas . Jarabes . Sobres .Efervescentes.





Procedimiento: Administración Vía Oral

Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.
  • Explicar al paciente que va a tomar la medicación.
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Colocar al paciente en sedestación o con la cabecera suficientemente elevada (en posición Fowler o semi-Fowler).
  • Facilitar agua o zumo de frutas al paciente junto con el medicamento.
  • Permanecer al lado del paciente hasta que ingiera la medicación para descartar cualquier eventualidad o accidente (caída de la medicación, atragantamiento, etc.)
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.



B. Vía sublingual.


El fármaco se administra a través de la boca, colocándolo debajo de la lengua hasta que se disuelva y se reabsorba a través de la mucosa. Es una vía de absorción muy rápida debido a la existencia de abundantes capilares en la zona.


Utilizaremos esta vía principalmente para medicación antihipertensiva, ansiolíticos o para la Cafinitrina (administrada en crisis dolorosas cardíacas como angor o infartos).





Procedimiento: Administración Vía Sublingual


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y poner guantes si es necesario.
  • Colocar al paciente en posición cómoda.
  • Pedir al paciente que sitúe el fármaco debajo de la lengua; le insistiremos en que no debe masticarlo ni tragarlo. También, le informaremos de que le facilitaremos agua o zumo de frutas una vez haya finalizado la absorción del mismo.
  • Permanecer al lado del paciente hasta que haya finalizado la toma del medicamento para asegurarnos de que no ocurre ninguna eventualidad o accidente (caída de la medicación, atragantamiento, etc.)
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.



C. Vía tópica.


El fármaco se aplica directamente sobre la piel o las mucosas. Dentro de esta vía, podemos distinguir:

  • Vía cutánea: se refiere a la piel, propiamente dicha.
  • Vía nasal: referida a las fosas nasales.
  • Vía oftálmica: se refiere a los ojos.
  • Vía ótica: hace referencia al oído.
Como inconveniente, debemos decir que puede producir algún efecto local sobre la piel, como irritación.




Procedimiento: Administración Vía Cutánea


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y poner guantes si es necesario.
  • Colocar al paciente en posición cómoda.
  • Descubrir la zona de aplicación, retirando accesorios, ropa, apósitos, si existiesen.
  • Si es necesario, limpiar la zona previamente.
  • Aplicar el medicamento, ayudándonos si fuese preciso de gasas o algodón.
  • Colocar apósito si fuese necesario.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




Procedimiento: Administración Vía Oftálmica


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y poner guantes.
  • Colocar al paciente en posición cómoda, con la cabeza hacia atrás y mirando hacia arriba.
  • Limpiar las posibles secreciones o suciedad del ojo o los ojos con suero fisiológico y gasas. Se limpia siempre desde la parte interna del ojo (lagrimal) hacia la externa, utilizando UNA GASA DISTINTA PARA CADA OJO.
  • Aplicar el medicamento retrayendo ligeramente el párpado inferior, en el saco conjuntival (espacio comprendido entre el párpado inferior y el globo ocular).
  • Evitar siempre tocar la córnea.
  • Colocar apósito oclusivo (que cierre el ojo), si fuese necesario.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




Procedimiento: Administración Vía Ótica


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y colocar guantes.
  • Posicionar al paciente sentado o tumbado y con la cabeza recostada sobre el oído no afectado.
  • Tirar ligeramente de la oreja hacia arriba y atrás.
  • Administrar las gotas sobre las paredes del oído.
  • Una vez finalizada la aplicación, el paciente continuará en la posición en que le colocamos durante unos minutos para que el fármaco actúe.
  • Colocar un algodón en el orificio posteriormente si fuese necesario.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




Procedimiento: Administración Vía Nasal


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y poner guantes.
  • Colocar al paciente en posición cómoda, con la cabeza hacia atrás.
  • Administrar las gotas dentro de las narinas (orificios nasales), indicando al paciente que respire por la boca para evitar que estornude.
  • Mantener al paciente en dicha posición hasta pasados unos minutos tras la aplicación del fármaco.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




D. Vía rectal.


Suele emplearse para tratamientos locales o sistémicos (generales) en pacientes con dificultades para tragar o deglutir; que no toleran la vía oral (y no es posible la administración inyectable); que se encuentran inconscientes; o para la administración de fármacos que irritan la mucosa gástrica.


Presenta como inconvenientes la incomodidad de la administración, la irritación de mucosas o las irregularidades en la absorción.


Los medicamentos que se pueden administrar por vía rectal se presentan en los siguientes formatos:


. Supositorios. . Pomadas. . Enemas.





Procedimiento: Administración Vía Rectal


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento.
  • Lavar las manos y colocar guantes.
  • Posicionar al paciente en decúbito lateral, de forma que se encuentre cómodo.
  • Separar con una mano los glúteos y administrar la medicación con la otra mano, atravesando el esfínter anal.
  • Cuando el medicamento sea un enema, es posible que sea necesaria la utilización de un lubricante antes de la introducción en el recto del dispositivo de aplicación.
  • Pedir al paciente que mantenga la posición, con las nalgas oprimidas y que aguante el deseo de defecar durante unos minutos.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




E. Vía nasogástrica.


La vía nasogástrica suele ser utilizada cuando el paciente tiene problemas en la deglución (dificultad al tragar), cuando presenta disminución del nivel de consciencia, o cuando se niega a ingerir alimentos y medicamentos por vía oral, como puede darse en el caso de pacientes psiquiátricos o demenciados. Es, por tanto, una vía que se utiliza con cierta frecuencia en pacientes dependientes.


La administración de medicación por esta vía debe ser realizada, en todos los casos, por personal cualificado y convenientemente entrenado en dicha técnica.





Procedimiento: Administración Vía Nasogástrica


Material necesario: jeringa de 50cc, agua, mortero o similar para triturar la medicación.


Procedimiento:


Comprobar que hemos realizado los PASOS PREVIOS a la administración de un fármaco a un paciente.

  • Explicar al paciente el procedimiento si estuviese consciente.
  • Lavar las manos y colocar guantes.
  • Preparar la medicación: disolver en 30 cc de agua el medicamento previamente triturado.
  • Colocar al paciente en posición Fowler o semi-Fowler.
  • Pinzar la sonda nasogástrica y retirar el tapón.
  • Colocar el cono de la jeringa en la conexión de la sonda. Despinzar y administrar la medicación.
  • Realizar el lavado de la sonda nasogástrica con agua tras la administración para evitar residuos de medicamentos.
  • Colocar de nuevo el tapón a la sonda.
  • Anotar en la gráfica el medicamento administrado y la hora de la administración.




MUY IMPORTANTE


La administración de medicación por esta vía debe ser realizada, en todos los casos, por PERSONAL CUALIFICADO Y CONVENIENTEMENTE ENTRENADO en dicha técnica.


Como profesionales debemos tener en cuenta...


Antes de administrar un fármaco a un paciente SIEMPRE será necesario seguir cuidadosamente los siguientes PASOS PREVIOS:





  1. Comprobar que el medicamento es el correcto.
  2. Comprobar que el paciente es el correcto.
  3. Comprobar que la vía de administración que vamos a utilizar es la correcta.
  4. Comprobar que la dosis es la correcta.
  5. Comprobar que lo administramos a la hora correcta.
  6. Además de estas cinco comprobaciones, también contrastaremos que:
  7. El medicamento ha sido prescrito correctamente por el médico.
  8. El paciente no sufre alergia al medicamento que le vamos a administrar.

Constantes vitales

Para poder valorar el estado del paciente, además de la observación y del examen físico, es necesaria la medición de una serie de parámetros o constantes que nos proporcionarán una base sólida sobre la que desarrollar nuestros cuidados con mayor calidad. Estos parámetros reciben el nombre de constantes vitales y son:

  • Temperatura

  • Tensión arterial.

  • Saturación de oxígeno.

  • Respiración o frecuencia respiratoria.

  • Pulso o frecuencia cardíaca.

Los valores de estas constantes deberán siempre ser registrados en una gráfica con la mayor exactitud, de forma que nos resulte posible realizar una evaluación rápida de la situación del paciente con sólo ver estas anotaciones y, de este modo, poder notificar cualquier cambio al responsable sanitario.

 

La frecuencia en la toma y recogida de constantes dependerá de cada individuo, ya que los valores pueden sufrir variaciones dependiendo de la hora del día, la tensiónemocional, el ejercicio realizado, etc. Por norma general, en ámbitos sanitarios las constantes se toman dos veces al día, aunque la frecuencia con que se medirán nos la indicará siempre el personal facultativo, dependiendo de la patología de cada individuo.

Además de estos signos vitales, a veces será necesario el registro de otros valores como los siguientes:

* ingesta y pérdida de líquidos (diuresis, vómitos, deposiciones...);
* controles de glucemia capilar;
* estado de consciencia (escala de Glasgow), etc.



Temperatura.

La temperatura es el grado de calor interno del cuerpo, consecuencia del equilibrio entre el calor producido por la actividad muscular, el metabolismo energético, etc; y el calor perdido por el organismo por fenómenos como la sudoración, la evaporación, etc. El control nervioso de la temperatura reside en el hipotálamo, que es el lugar donde ésta se regula.
La temperatura varía en relación a la hora del día (más baja por la mañana), a la temperatura ambiente y a la zona del cuerpo donde realicemos la medición.
Los valores normales de un individuo sano oscilan entre 36 y 37ºC si la toma es axilar, aumentando 1ºC si es oral o rectal.
El instrumento que se utiliza para su medición es el termómetro, que puede ser de diferentes tipos: de mercurio, electrónico, por infrarrojos, etc., siendo el primero uno de los más fiables aunque también de los que más contaminación ambiental generan, por lo que actualmente están siendo retirados del mercado. Como alternativa a éste, están los termómetros de infrarrojos, que miden el calor de un objeto sin estar en contacto con él (como el termómetro ótico, cuya medición se realiza en el oído).
Las alteraciones de la temperatura que podemos encontrar son:
Fiebre: temperatura mayor de 38ºC.
Febrícula: temperatura entre 37 y 38ºC.
Hipotermia: temperatura inferior a 35ºC.
 
Procedimiento: MEDICIÓN de la TEMPERATURA
MEDICIÓN DE LA TEMPERATURA AXILAR.
 

Material necesario: termómetro.
Procedimiento:
 
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Comprobar que el termómetro está encendido o preparado para tomar la temperatura.
  • Colocar el termómetro en la zona axilar, que ha de encontrarse seca (si estuviese mojada, secar con una gasa previamente), con el bulbo en contacto con la piel.
  • Proceder a la retirada del aparato y lectura una vez oigamos un pitido o hayan pasado 5 min.
  • Limpiar o desinfectar el termómetro, según sea necesario.
  • Anotar la medida en la gráfica.
 
MEDICIÓN DE LA TEMPERATURA ORAL.
Material necesario: termómetro.
Procedimiento:
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Comprobar que el termómetro está encendido o preparado para tomar la temperatura.
  • Colocar el termómetro en la boca, con el bulbo debajo de la lengua, e indicar al paciente que debe mantener la boca y los labios cerrados.
  • Proceder a su retirada y lectura una vez oigamos un pitido o hayan pasado 5 min.
  • Desinfectar el termómetro.
  • Anotar la medida en la gráfica.

MEDICIÓN DE LA TEMPERATURA RECTAL.
Material necesario: termómetro y lubricante.
Procedimiento:
  • Lavar las manos y colocar guantes.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Colocar al paciente en posición de decúbito lateral y dejar descubierta la región glútea.
  • Comprobar que el termómetro está encendido o preparado para tomar la temperatura.
  • Aplicar lubricante sobre el bulbo del termómetro.
  • Separar los glúteos e Introducir el bulbo del termómetro en el ano (unos 3 cm).
  • Proceder a su retirada y lectura una vez oigamos un pitido o hayan pasado 5 minutos.
  • Desinfectar el termómetro.
  • Anotar la medida en la gráfica.


Pulso o frecuencia cardíaca (FC).

Se denomina pulso arterial al latido que percibimos cuando comprimimos las arterias sobre una superficie ósea. La frecuencia cardíaca es el número de pulsaciones por minuto (ppm) y hay tantas pulsaciones como contracciones cardíacas. El centro nervioso de control de la frecuencia cardíaca está en el bulbo raquídeo.
En condiciones normales, la frecuencia cardíaca puede variar en relación a factores como el ejercicio, la hipertermia, el estado emocional, la edad (la FC suele ir disminuyendo con la edad), o el sexo (las mujeres suelen tener una FC más elevada).
Los valores normales de frecuencia cardíaca de un adulto sano oscilan entre 60 y 80 ppm (pulsaciones por minuto).
Cuando se mide el pulso de un paciente se debe valorar:
  • Frecuencia: número de pulsaciones por minuto (ppm).
  • Ritmo: intervalo de tiempo entre un latido y otro. En condiciones normales, éste debe ser regular;si no lo es, diremos que el paciente presenta arritmia.
  • Tensión o intensidad: fuerza de la sangre en cada latido. Podremos estar ante un pulso fuerte y lleno, o débil.
 
Algunas de las principales alteraciones del pulso que podemos encontrar son:
  • Taquicardia: si la FC es superior a 100 ppm.
  • Bradicardia: si la FC es inferior a 60 ppm.
  • Arritmia: alteración o irregularidad del intervalo entre latidos.
 
Procedimiento: Medición de la Frecuencia Cardiaca
 

Material necesario: reloj con segundero.
Procedimiento:
 
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Tomar la muñeca del paciente.
  • Colocar los dedos índice y corazón de nuestra mano dominante (la de mayor sensibilidad, según el cuidador sea diestro o zurdo) sobre la arteria radial del paciente, que está situada en la cara interior de la muñeca y es la más utilizada para esta medición.
  • Nunca utilizaremos nuestro dedo pulgar, ya que tiene latido propio y podríamos confundir las pulsaciones del paciente con las de nuestro propio pulso.
  • También podremos tomar la FC en otras arterias, como la carótida (en el cuello), la femoral (en la ingle) y la humeral (en el brazo).
  • Mantener la posición descrita ejerciendo una ligera presión. Realizar la medición durante 30 segundos y multiplicar el resultado por 2 para obtener la frecuencia cardíaca de un minuto.
  • Si el pulso es irregular, deberemos hacer la medición durante un minuto. Si fuese muy débil, podremos tomarlo con ayuda del fonendoscopio (aparato acústico que usan los profesionales para la auscultación de los sonidos internos del cuerpo), colocando éste sobre el tórax del paciente a la altura del corazón.
  • Anotar la medida en la gráfica.

Respiración o frecuencia respiratoria (FR).

La frecuencia respiratoria es el número de ciclos respiratorios (inspiración-espiración) que realiza el paciente por minuto. El centro nervioso de control de la frecuencia respiratoria está en el bulbo raquídeo.
El número de respiraciones normales de un adulto sano oscila entre 12 y 18 rpm (respiraciones por minuto) y se denomina respiración eupnéica (o normal).
Cuando se mide la respiración de un paciente se debe valorar:
  • Frecuencia: número de respiraciones por minuto.
  • Ritmo: regularidad entre las inspiraciones y las espiraciones. El ritmo respiratorio puede ser regular o irregular; en condiciones normales no hay pausa entre unas y otras.
  • Profundidad: volumen de aire que se inhala y exhala con los movimientos respiratorios (aproximadamente unos 500 cc.); la respiración puede ser profunda o superficial.
  • Simetría: es la similitud de trabajo de ambos pulmones. Algunas de las principales alteraciones de la respiración son:
  1. Apnea: ausencia o cese de la respiración; puede ser transitoria o definitiva.
  2. Taquipnea: frecuencia respiratoria mayor de 24 rpm.
  3. Bradipnea: frecuencia respiratoria menor de 10 rpm.
  4. Disnea: dificultad respiratoria del paciente; puede ser objetiva, por falta de oxígeno; o subjetiva, por sensación de asfixia del paciente.
  5. Hiperpnea: aumento de la profundidad de la respiración; es decir, del volumen respirado.
  6. Ortopnea: incapacidad para respirar en posición horizontal; también llamada disnea de decúbito.
  7. Tiraje: utilización de musculatura accesoria en la respiración (por ejemplo, en el tiraje abdominal el paciente utiliza músculos abdominales para respirar).
Procedimiento: Medición de la frecuencia Respiratoria
MEDICIÓN de la FRECUECIA RESPIRATORIA
Material necesario: reloj con segundero.
Procedimiento:
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • No explicar al paciente el procedimiento para evitar que modifique su respiración al hacerla consciente.
  • Tomar la muñeca del paciente (como si estuviéramos midiendo el pulso) para que no sepa que estamos observando su respiración.
  • Mirar el tórax del paciente y contar el número de elevaciones del pecho por minuto. En pacientes con respiración superficial con movimientos poco perceptibles, la mediación se hará con fonendoscopio.
  • Anotar la medida en la gráfica.


Tensión arterial (TA).

La tensión  arterial  es la fuerza que ejerce la sangre por las paredes de las arterias cuando circula por ellas.  Esta  tensión permite que el oxígeno de la sangre llegue a todos los tejidos del cuerpo para mantener una adecuada respiración celular.
La medición de la tensión arterial incluye dos parámetros:
Tensión  arterial  (TA) sistólica o máxima: es  la  presión  que  existe  en  las  arterias durante la contracción del            ventrículo izquierdo.  Sus  valores  normales  oscilan entre  120  y  140  mmHg  (milímetros  de mercurio).
Tensión  arterial  (TA) diastólica o mínima: es la presión ejercida         en las arterias durante la fase de relajación del ventrículo izquierdo. Los  valores  normales  de  un  adulto  sano oscilan entre 60 y 90 mmHg.
 
Como profesionales debemos  tener en cuenta…
Para expresarlo de una forma didáctica, podemos decir que la tensión arterial refleja la relación  entre el continente (vasos sanguíneos) y el contenido (volumen de sangre). Así pues, cualquier factor que aumente el gasto cardíaco (por ejemplo, el ejercicio, el estrés, etc.)  o  la  resistencia  periférica  (por  ejemplo,  el  colesterol,  la  edad  cronolóogica,…), aumentará la tensión arterial. Las alteraciones de la TA que podemos encontrar son:
 
  • Hipertensión: aumento de la TA por encima de los límites normales; es decir, TA sistólica mayor de 140 mmHg y TA diastólica mayor de 90 mmHg.
  • Hipotensión: disminución de la TA por debajo de los límites normales (TA  sistólica  menor  de  120  mmHg  y  TA  diastólica  menor  de  60 mmHg).
 
La tensión arterial se mide con el esfingomanómetro, el cual se compone de un manguito, que se coloca alrededor del brazo y que se infla para ejercer; un manómetro, que mide la presión ejercida por el manguito; y una válvula, que permite ir reduciendo la presión en el manguito de forma progresiva. Además, del esfingomanómetro, para medir la tensión es necesario usar un fonendoscopio.
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Material necesario:  fonendoscopio y esfingomanómetro.
Procedimiento:
 
 
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Colocar al paciente en una posición cómoda y relajada (sentado o tumbado) y con la espalda recta.
  • Descubrirle el brazo en el que vayamos a realizar la medición, extendiéndolo y colocándolo sobre un apoyo a la altura del corazón; nos aseguraremos de que las prendas de vestir del paciente no ejercen presión sobre el brazo.
  • Enrollar el manguito del esfingomanómetro alrededor del brazo, por encima del codo, con los tubos en dirección hacia la mano.
  • Colocar la membrana del fonendoscopio sobre la arteria humeral (que se percibe en la cara interna del codo). Para localizar el lugar con mayor exactitud, podemos tomar previamente el pulso en la zona y colocar la membrana del fonendoscopio sobre él.
  • Cerrar la válvula de la perilla del esfingomanómetro, girándola en el sentido de las agujas del reloj.
  • Insuflar el manguito hasta que la aguja del manómetro esté 30 mmHg por encima de la posible TA sistólica del paciente. Si escuchamos latidos, deberemos aumentar más la presión del manguito.
  • Abrir lentamente la válvula, de manera que la presión vaya   disminuyendo de forma gradual.
  • En el momento en que la sangre pasa a través de la arteria se perciben latidos que nos indicarán la TA sistólica o máxima.
  • Continuar bajando la presión del manguito hasta dejar de escuchar los latidos, momento que nos indicará la TA diastólica o mínima.
  • Dejar salir todo el aire del manguito y retirarlo del brazo del paciente.
  • Anotar la medida en la gráfica.

Saturación de oxígeno.

La saturación de oxígeno  es la cantidad de O2  que la hemoglobina transporta y que circula por el interior de los vasos sanguíneos.
La oximetría de pulso  o pulsioximetría es la medición de esta cantidad de oxígeno utilizando una técnica no invasiva; es decir, sin causar daño o dolor alguno al paciente.
El  aparato  que  se  utiliza  para  realizar  esta  medición  es  el pulsioxímetro (también, saturómetro), que consta de un sensor que  emite  luz  roja  e  infrarroja  a  través  de  los  tejidos;  y  un fotodetector, ambos conectados a un monitor.
El pulsioxímetro se coloca en el dedo del paciente (también es posible la colocación en otras zonas del cuerpo, como el lóbulo de la oreja o la frente). La sangre bien oxigenada es de color rojo brillante, mientras que la  sangre  pobremente  oxigenada  es  de  color  rojo  oscuro.  El pulsioxímetro determina la saturación de oxígeno a partir de esta diferencia de color.
El  valor normal  de  saturación  de  O2   es por  encima  del 95%.Cuanto más baja sea la saturación, más cerca estaremos de una hipoxia severa (falta de oxígeno en el cerebro). Por debajo del 80% es valorable la intubación y ventilación mecánica.
 
Material necesario: pulsioxímetro.
Procedimiento:
 
 
  • Lavar las manos y colocar guantes si es necesario.
  • Explicar el procedimiento al paciente.
  • Colocar el sensor de dedal, con la luz roja encendida    hacia la uña del paciente (si el paciente  llevara  esmalte  de  uñas,  su  eliminación  antes  de  iniciar  el  procedimiento  es absolutamente necesaria)
  • Pedir al paciente que apoye y relaje la mano para disminuir el movimiento de los dedos, el cual dificultaría la lectura de pulsioxímetro.
  • Esperar que la curva del monitor sea regular antes de terminar la medición y retirar el pulsioxímetro.
  • Anotar la medida en la gráfica.
 
 Recomendaciones para la correcta realización de la oximetría de pulso o pulsioximetría:
 
  • Evitar interferencias con otros aparatos eléctricos.
  • Evitar  el  movimiento,  pues  puede  alterar  la  medición  (temblores, movimiento  de  la ambulancia,…). Si es necesario, se cambiará el lugar de lectura para evitar alteraciones (lóbulo de la oreja, dedos de los pies,…)
  • Colocar el pulsioxímetro en un brazo distinto al que estemos utilizando para el manguito del esfingomanómetro  que  mide  la  TA;  la  presencia  de  los  dos  aparatos  en  el  mismo miembro podría alterar los resultados de las mediciones.
  • Evitar realizar la medición cerca de fuentes de luz fuertes.
  • Tener en cuenta que la anemia severa, con una disminuciónimportante de los niveles de hemoglobina en sangre, la hipotermia o las arritmias pueden dar lecturas erróneas.

 
CONSTANTE
 
SE DEBE VALORAR…
 
ALTERACIONES
VALORES NORMALES
EN ADULTOS
 
 
Temperatura
 
 
Temperatura
 
Fiebre: mayor de 38ºC. Febrícula: entre 37 y 38ºC. Hipotermia: inferior a 35ºC.
 
Axilar: 36 - 37ºC. Oral: 37ºC - 38ºC. Rectal: 37ºC - 38ºC
 
 
 
 
 
Tensión arterial
(TA)
 
 
 
 
Tensión arterial sistólica o máxima.
 
Tensión arterial diastólica o mínima.
Hipertensión.
Máx: igual o mayor de 140 mmHg. Mín: igual o mayor de 90 mmHg.
 
 
Hipotensión.
Máxima: menor de 120 mmHg. Mínima: menor de
60 mmHg).
 
 
 
Sistólica o máxima: 120 -
140 mmHg
 
 
 
Diastólica o mínima: 60 -
90 mmHg
 
 
 
Pulso o frecuencia cardíaca (FC)
 
Frecuencia.
 
Taquicardia (>100 ppm). Bradicardia (< 60 ppm).
 
60 - 80 ppm.
 
Ritmo.
 
Arritmia.
Regularidad intervalo entre latidos
 
Tensión o intensidad.
 
Muy fuerte. Muy débil.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Respiración o frecuencia respiratoria (FR)
 
 
 
 
 
 
Frecuencia.
 
Apnea (transitoria o definitiva).
Taquipnea (> 24 rpm). Bradipnea (> 10rpm). Disnea (objetiva o subjetiva).
Ortopnea o disnea de decúbito.
Tiraje.
 
 
 
 
 
 
12 -18 rpm.
 
Ritmo.
 
Irregularidad en el rítmo.
 
Regularidad.
 
Profundidad.
 
Hiperpnea.
 
500 cc
 
Simetría.
 
Un pulmón trabaja más que otro.
 
Trabajo similar de ambos pulmones.
 
Saturación  de oxígeno
 
Concentración oxígeno en sangre.
 
Hipoxia (<80%: intubación y ventilación mecánica).
 
Superior al 95%.
Constantes  vitales:  valores normales y alteraciones

 
Recomendaciones para la correcta medición de la TA:
 
  • Antes de realizar la medición, se recomienda que el paciente permanezca 5 minutos relajado.
  • El paciente no debe haber comido, fumado, tomado café o haber realizado ejercicio desde una hora antes de la medición, ya que los efectos de estas conductas podrían falsear los resultados obtenidos.
  • El equipo de medición debe estar en perfectas condiciones; debe haber sido comprobado y calibrado.
  • En personas con brazos muy anchos o con pulso débil, es importante localizar bien el latido mediante la toma del pulso en la zona por medio de la membrana del fonendoscopio.