jueves, 26 de mayo de 2011

El sistema cardiovascular

El sistema cardiovascular está formado principalmente por el corazón y los vasos sanguíneos, que mantienen el flujo de sangre continuo por todo el cuerpo transportando el oxígeno y los nutrientes y eliminando dióxido de carbono y productos de desecho de los tejidos periféricos. Este proceso es el que hace que cada una de las células reciba un aporte continuo de alimento y oxígeno, permitiéndole mantenerse con vida.


La sangre es el líquido rojo y espeso que circula por el sistema vascular. Está formada por un plasma incoloro compuesto de suero, fibrinógeno y elementos sólidos en suspensión (eritrocitos, leucocitos y plaquetas). También transporta muchas sales y sustancias orgánicas sueltas.


Un subsistema del sistema cardiovascular es el sistema linfático, el cual se encarga de recoger el fluido intersticial -que es el líquido que se encuentra en los espacios intersticiales o intersticio; es decir, los espacios entre célula y célula en un tejido- y devolverlo a la sangre.



A. El corazón

B. Los vasos sanguíneos.



A. El corazón


El corazón es un órgano muscular hueco que presenta cuatro cavidades internas que le dan el carácter de bomba aspirante de sangre y propulsora de la misma. Actúa en el organismo, por tanto, como una doble bomba.



-Transporta la sangre por los vasos sanguíneo entre el ventrículo derecho y la aurícula izquierda, a través de los pulmones para su oxigenación (circulación menor o pulmonar).




-Transporta la sangre por los vasos sanguíneos entre el ventrículo izquierdo y la aurícula derecha para impulsar la sangre hacia los pulmones para su oxigenación. Impulsa la sangre para aportar nutrientes y recoger desechos a través de los tejidos del organismo (circulación mayor o sistémica).


El corazón está situado en la cavidad mediastínica, nombre con el que se designa a la región del tórax comprendida entre los pulmones y limitada por el esternón en su cara anterior, la columna vertebral en su cara posterior y el diafragma en su cara inferior. Se encuentra desviado a la izquierda de la línea media, pesa aproximadamente 300 gramos en el adulto y tiene forma de una pirámide o cono cuyo vértice se dirige hacia abajo también ligeramente desviado a la izquierda.

 

Las cavidades del corazón son cuatro: dos aurículas y dos ventrículos. Las aurículas se sitúan en la parte superior y están separadas entre sí por el tabique interauricular. Los ventrículos ocupan la mayor parte del corazón y están separados entre sí por el tabique interventricular.


Además, desde el punto de vista clínico, el corazón está dividido en dos mitades, una derecha y otra izquierda que, en condiciones normales, a partir del nacimiento están separadas. Cada una de estas partes está formada por una aurícula y un ventrículo que se comunican entre sí. La aurícula y el ventrículo derechos lo hacen a través del orificio aurícula-ventricular derecho. La aurícula izquierda con su ventrículo a través del orificio aurícula-ventricular izquierdo, cerrado por la válvula mitral.

La aurícula derecha recibe sangre pobre de oxígeno (sangre venosa) procedente del cuerpo a través de la vena cava. El ventrículo derecho recibe sangre venosa de la aurícula derecha a través de la válvula tricúspide y la bombea a través de las dos arterias pulmonares hasta llevarla a los pulmones donde será sometida a un intercambio de gases a nivel alveolar para su oxigenación. Entre el ventrículo y cada arteria pulmonar encontramos la válvula pulmonar.


La aurícula izquierda recibe la sangre oxigenada por medio de las cuatro venas pulmonares.


Las venas pulmonares son la única excepción entransportar sangre rica en oxígeno, función que realizan las arterias en el resto de los casos.


El ventrículo izquierdo es más largo y estrecho que el derecho, con paredes más gruesas. Recibe la sangre oxigenada de su aurícula a través de la válvula mitral y la bombea gracias a la arteria aorta por todo el organismo. Entre el ventrículo y la aorta encontramos la válvula aórtica.


Las válvulas cardíacas tienen como finalidad impedir el retroceso de la sangre una vez que ya ha penetrado en una cavidad o ha sido bombeada a una arteria o una vena.


Las paredes del corazón están formadas por tres capas:


Endocardio: es la capa interna. Reviste las cavidades cardíacas.


Miocardio: corresponde a la capa media. Es la más gruesa y de naturaleza muscular, formada por fibras musculares estriadas que se contraen involuntariamente por acción del sistema nervioso autónomo.


Epicardio: es la capa externa.

El pericardio es una estructura membranosa en forma de saco que envuelve el corazón, separándolo de los órganos y estructuras vecinas. Su función principal es protegerlo contra la fricción.


El corazón está dotado de un sistema formado por fibras musculares especializadas que inician el proceso de conducción de las ondas cardíacas y la contracción periódica de las fibras musculares de las paredes de las aurículas y los ventrículos. Esto es la regulación intrínseca, muy compleja, que ocurre en cuatro partes del corazón:


Nodo sinoauricular: localizado en la pared posterior de la aurícula derecha, es el marcapasos del corazón y genera ondas eléctricas que causan su ritmo. Son distribuidas por las aurículas que se contraen.
Nodo aurícula-ventricular: localizado en la parte antero-inferior del tabique interauricular, absorbe la carga eléctrica y la transmite al haz de Hiss.
Haz de Hiss: localizado en la parte superior del tabique interventricular, retrasa el impulso eléctrico para el vaciado de las aurículas.
Sistema de Purkinje: recibe el impulso del haz de Hizz y lo distribuye por todo el ventrículo. Así pues, la fibra muscular cardíaca tiene una serie de características:
Funciona de forma automática.
Tiene posibilidad de excitarse sola.
Tiene capacidad de conducción, sin necesidad del sistema nervioso central.


El corazón impulsa la sangre a través de unos movimientos cíclicos: sístole o contracción y diástole o relajación. El proceso, llamado ciclo cardíaco, tiene varios pasos:


Contracción auricular: cada ciclo se inicia de forma espontánea en el nódulo sino-auricular que propaga el impulso nervioso hacia las aurículas, lo que provoca su contracción o sístole auricular haciendo que aumente la presión dentro de la aurícula y se abran las válvulas aurícula- ventriculares, pasando la sangre hacia los ventrículos.

Contracción ventricular: se produce por la transmisión del impulso nervioso desde el nódulo aurícula-ventricular hasta el haz de Hiss y las fibras de Purkinje que se distribuyen por las paredes ventriculares. Cuando los ventrículos se llenan, se inicia su contracción o sístole ventricular, produciéndose la apertura de las válvulas aórtica y pulmonar, para cerrarse las aurícula-ventriculares.


Relajación ventricular: es consecuencia de la disminución de la presión intraventricular. El flujo de expulsión sanguínea desde los ventrículos va disminuyendo hasta que la presión de las arterias produce el cierre de las válvulas aórtica y pulmonar.


Cuando la presión dentro del ventrículo desciende por debajo de la presión dentro de la aurícula, se abren las válvulas tricúspide y mitral y los ventrículos comienzan a llenarse.

 


B. Los vasos sanguíneos.


Constituyen, junto al corazón, el sistema cardiovascular o circulatorio. Según su función, tamaño y constitución, se habla de tres tipos: arterias, venas y capilares.


Arterias: son vasos sanguíneos que conducen la sangre arterial (sangre rica en oxígeno y pobre en dióxido de carbono) desde el corazón a los tejidos de todo el organismo. Son conductos membranosos contráctiles y elásticos. En su origen (en la zona más cercana al corazón), son de gran calibre y van disminuyendo conforme se van ramificando en vasos de menor tamaño llamados arteriolas.
Venas: son los vasos que devuelven la sangre al corazón procedente de los tejidos. Conducen sangre venosa, rica en dióxido de carbono y pobre en oxígeno. Sus paredes tienen la misma estructura anatómica que las arterias, pero su capa muscular es de menor grosor y presentan a intervalos regulares, a diferencia de las arterias, unas válvulas que impiden el retorno venoso. Las venas de menor calibre son denominadas vénulas.
Capilares: son conductos muy finos que unen las arteriolas con las vénulas. Están formados por una capa simple de células endoteliales, muy fina y semipermeable que permite el paso de líquidos y sustancias nutrientes al espacio intersticial para la nutrición de las células de los tejidos que irrigan.


 


Las patologías más frecuentes del sistema cardiovascular son:




  • Insuficiencia cardíaca. Es la incapacidad del corazón para impulsar la sangre, a través del sistema arterial o venoso, para cubrir las necesidades de la circulación periférica. Puede deberse a problemas mecánico-hemodinámicos (por valvulopatías), a trastornos graves del ritmo cardíaco o a una insuficiencia del miocardio.
  • Angina de pecho o Angor. Es una insuficiencia coronaria aguda asociada a una isquemia (disminución del riego sanguíneo en una zona concreta del organismo) del miocardio. Produce dolor torácico de carácter opresivo que puede irradiarse a hombros, brazos, cuello o epigastrio. El dolor suele comenzar con el ejercicio y cesar con el reposo. Cada uno de los episodios puede dejar pequeñas necrosis que, con el transcurso del tiempo, pueden desencadenar un infarto de miocardio.
  • Infarto agudo de miocardio (IAM). Es una necrosis (muerte de las células que conforman un tejido) del miocardio debida a una disminución total o parcial del aporte sanguíneo a las células cardíacas. Cursa con dolor torácico similar a la angina, pero que no mejora con el reposo. Si la necrosis es muy extensa, puede provocar una parada cardíaca irreversible.
  • Pericarditis. Es la inflamación del pericardio producida, principalmente, por infecciones, aunque también pueden ser causadas por traumatismos, administración de fármacos o infartos agudos. Cursa con dolor torácico, tos, dificultad respiratoria, taquicardia y fiebre.
  • Endocarditis. Es la inflamación que afecta a la capa interna del corazón, producida normalmente por procesos infecciosos. Cursa con fiebre, fatiga, malestar, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal y esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo).
  • Hipertensión arterial (HTA). Es el aumento crónico de la presión arterial por encima de los valores normales (140/90 mmHg). Puede ser primaria, cuando influyen factores como la herencia y la obesidad; o secundaria, cuando va asociada a otro tipo de patología o alteración crónica. Cursa con cefalea, vértigo, palpitaciones, dificultad respiratoria y, a veces, epistaxis (hemorragias que se originan en las fosas nasales).
  • Arterioesclerosis. Enfermedad arterial causada por una alteración de la capa íntima de la pared arterial que se caracteriza por el endurecimiento, pérdida de elasticidad y estrechamiento de la luz arterial. Cursa con agotamiento, somnolencia, vértigo y lentitud en los movimientos, así como síntomas en la región afectada como palidez, problemas en la cicatrización de las heridas y úlceras.
  • Aneurisma. Es la dilatación patológica de la pared de los vasos sanguíneos. Suele afectar a la arteria aorta y se desencadena por la existencia de arteriosclerosis. A medida que se expande la dilatación, aparece dolor agudo y los síntomas derivados de la compresión y lesión de los tejidos próximos.
  • Trombosis venosa. Es la oclusión de la luz venosa por la formación de coágulos. Afecta sobre todo a miembros inferiores. Si el trombo (coágulo de sangre dentro de un vaso sanguíneo) se origina a partir de una inflamación de la pared vascular, hablamos de tromboflebitis. Cursa con dolor en la zona, aumento del calor local y eritema (inflamación de la piel que aparece acompañada de manchas rojas). Si afecta a venas profundas, puede provocar una embolia pulmonar.

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