domingo, 15 de mayo de 2011

Cuidados de la úlcera.

Cuidados de la úlcera.

Los cuidados de la úlcera comprenden 4 procedimientos básicos:

-Desbridamiento de tejido necrótico.
-Limpieza de la herida.
-Prevención y tratamiento de la infección bacteriana de la UPP.
-Elección de un apósito


A. Desbridamiento del tejido necrótico. 

Consiste en la eliminación del tejido necrótico o escara, ya que podría actuar como medio ideal de crecimiento bacteriano e infección de la UPP. Existen varias técnicas de desbridamiento: 

Quirúrgica: se realiza por planos, en varias sesiones y comenzando siempre por el área central. Se aconseja la aplicación de anestésico local en la zona por la posibilidad de aparición de dolor. Una complicación frecuente es la aparición de sangrado, que se puede controlar con la compresión directa de apósitos hemostáticos.

 Química o enzimática: cuando el paciente no tolera la técnica quirúrgica y no hay signos de infección se pueden usar sustancias que favorezcan el desbridamiento y el crecimiento de tejido de granulación. La colagenaza es el enzima más utilizado actualmente. Se recomienda proteger la piel periulceral con silicona y aumentar la humedad con suero  

Autolítica: esta cnica puede combinarse con la quirúrgica pero no con la enzimática. Es más lenta y se utiliza cualquier sustancia capaz de producir condiciones de cura húmeda: son los hidrocoloides e hidrogeles, que reblandecen y separan la necrosis y la placa seca absorbiéndolas en su estructura gelatinosa y, además, retienen la secrecn cargada de gérmenes. Al aportar humedad a la herida, favorecen el comienzo de la granulación y cicatrización. 

B. Limpieza de la herida. 

Como norma, se empleará suero salino. Se ejerce una presión de lavado que sea suficiente para arrastrar detrirus, bacterias y otros restos, pero que no dañe el tejido sano.

La s eficaz es la aplicada por la gravedad o a través de una jeringa de 35 ml que proyecta el suero salino sobre la herida.

No se debe limpiar la herida de forma rutinaria con antisépticos locales. 

C. Prevención y abordaje de la infección bacteriana. 

En la mayor parte de los casos, una limpieza y un buen desbridamiento impiden la infección de la úlcera. Sospecharemos que la úlcera por presión está infectada cuando aparezcan signos de inflamación (enrojecimiento, edema, calor,...), dolor, mal olor, fiebre o  exudado purulento. En este caso, se debe intensificar tanto la limpieza como el desbridamiento.

Si tras un plazo de dos o tres semanas de limpieza y desbridamiento esmerado persiste la infección, se indicará la aplicación de un antibiótico local (sulfadiazina argéntica, ácido fusídico,...) durante unos 15 as como ximo. Si no responde satisfactoriamente, se tomarán muestras de exudado de herida, preferentemente mediante aspiración percunea  con  aguja.  Con  esto  se  pretende  identificar  e ermen causante  de  la infección para prescribir antibioterapia sistémica específica.


Recomendaciones generales en el control de la infección: 

-Lavado de manos antes del tratamiento del paciente.

-Utilizar guantes limpios con cada paciente.

-Usar instrumental estéril para desbridar.

-Si el paciente tuviese varias úlceras, se atenderán al final las más contaminadas.

-Los antibióticos por vía sistémica se administrarán bajo prescripción médica.

-Cumplir la normativa de eliminación de residuos.


D. Elección de un apósito. 

La evidencia científica demuestra un beneficio de la cura meda frente a la cura tradicional.

Un apósito ideal debe cumplir las siguientes características: 

-Proteger la herida de agresiones externas mecánicas y bacterianas.

-Mantener un ambiente medo en el lecho ulceral.

-Facilitar la eliminación del exudado y tejido necrótico mediante su absorción.

-Favorecer la cicatrización.


-No ser tóxico ni sensibilizante.

-Ser de fácil adaptación a las distintas zonas del cuerpo.

-Ser de fácil retirada.

-Para  evitar  que  la  herida  “cierre  en  falso”  habrá  que  rellenar  parcialmente las cavidades y tunelizaciones con productos de cura meda y colocar el apósito encima.
 

ALGUNOS APÓSITOS DE CURA HÚMEDA

Alginatos
Polisacáridos naturales obtenidos de algas marinas con gran capacidad de absorción (entre 15 y 20 veces su peso en exudado).
Espumas polimérica
Apósitos semipermeables. Absorben el exudado, mantienen un medio húmedo y previenen la maceración. (En inglés, “foam”.)
Hidrocoloides
Matriz de celulosa. En forma de gránulos, placa o parche y pasta.


Hidrogeles
Alto contenido en agua. Formados por matriz de polímero de almidón.

Los hidrocoloides y los hidrogeles están contraindicados en úlceras infectadas con gran destrucción de tejido blando.


Poliuretanos
Láminas transparentes de un material polimérico con una capa adhesiva.

Uso limitado a los grados iniciales de la úlcera y sólo cuando no hay exudación.

        Los apósitos de carbón activado están indicados en las ulceras infectadas. Tienen la propiedad de eliminar los malos olores mejorando la calidad de vida del paciente. Son fáciles de aplicar. Pueden presentarse asociados con alginato e hidrocoloides.

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