jueves, 26 de mayo de 2011

Sistema respiratorio

La respiración es el proceso mediante el cual el organismo introduce oxígeno en los pulmones (inspiración) y elimina dióxido de carbono (espiración), realizando un intercambio gaseoso. La inspiración y la espiración constituyen la ventilación; es decir, la parte mecánica de la respiración, que junto con la difusión (en los alvéolos pulmonares) y la perfusión (transporte de O2 desde los capilares alveolares a las células) dan lugar a la respiración desde el punto de vista global.

Los órganos que componen el aparato respiratorio son los siguientes: las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones. Todos ellos funcionan como abastecedores y distribuidores de aire - a excepción de los alveolos, donde se realiza el intercambio gaseoso de O2 y CO2 - entre los tejidos y los capilares sanguíneos.


Fosas nasales: es la parte del sistema respiratorio que comunica con el exterior. El interior es hueco y está dividido por el tabique nasal en dos mitades o fosas nasales, cuya mucosa ciliada filtra las partículas grandes del aire inspirado.


Los senos paranasales (espacios llenos de aire) drenan la nariz. Son cuatro pares: frontales, maxilares, etmoidales y esfenoidales.


Toda la cavidad nasal desempeña un papel importante en el acondicionamiento del aire inspirado, incluido el control de la temperatura y la humedad, la eliminación de polvo y organismos infecciosos - gracias a la existencia de los cilios - y la secreción de moco. Colabora también en el sentido del olfato y de la fonación (producción de la voz).

Faringe: conducto de unos 12 cm de longitud, situado en la parte posterior de la cavidad nasal, la boca y parte de la laringe. Se pueden diferenciar tres porciones en la faringe: nasofaringe, orofaringe y laringofaringe. Las paredes de la faringe están constituidas por músculo esquelético y su interior está tapizado por mucosa. Comunica el aparato digestivo y el respiratorio, permite el paso del aire y los alimentos, e interviene en el proceso de fonación.

Laringe: órgano que comunica la faringe con la tráquea. Se localiza en la parte anterior del cuello y está constituida básicamente por cartílagos y músculos. En la laringe encontramos tres estructuras cartilaginosas: el cartílago cricoides, la epiglotis y el cartílago tiroides. Los músculos de la laringe colaboran en los procesos de la respiración, la producción de la voz (por la vibración de las cuerdas vocales al entrar el aire) y la deglución. La laringe cierra la tráquea durante el acto de tragar de forma que la comida no pase a las vías respiratorias.

Tráquea: conducto de unos 11 cm de largo que se extiende desde la laringe hasta los bronquios.

Está formada por 15 anillos cartilaginosos entre los cuales hay fibras elásticas que permiten su acomodación durante la inspiración y la espiración. Interiormente, está tapizada por mucosa ciliada con la existencia de células productoras de moco.

Desciende por delante del esófago y penetra en el mediastino, desviándose ligeramente a la derecha, donde se divide en dos bronquios principales.

Sus funciones son la de servir de vía de entrada del aire a los pulmones, calentar y humedecer el aire transportado y depurarlo de partículas de polvo.

cBronquios: se localizan en el extremo inferior de la tráquea. Son dos; el derecho, corto, ancho y vertical;yel izquierdo, largo y estrecho. Su estructura es similar a la de la tráquea, estando constituidos por anillos incompletos antes de entrar a los pulmones, donde se hacen completos; además, su pared externa está formada por fibras elásticas. Por todo esto, los bronquios pueden expandirse durante la inspiración, permitiendo que también lo hagan los pulmones, y contraerse durante la espiración. Su pared interna es una mucosa ciliada.

Cada bronquio al entrar a los pulmones se ramifica en otros de menor calibre hasta llegar a denominarse bronquiolos que, a su vez, van subdividiéndose hasta convertirse en conductos alveolaresque terminan en los sacos alveolares, formados por un conjunto de alveolos de tamaño microscópico.


La función de los bronquios es transportar el aire desde la tráquea a los lugares más apartados de los pulmones.

La tráquea y los bronquios y sus ramificaciones conforman el “árbol bronquial”, una estructura que se asemeja a la forma de un árbol invertido.

Pulmones: son dos órganos situados en el interior de la cavidad torácica, separados por el mediastino, que constituyen el elemento básico y fundamental del proceso de la respiración.

El pulmón izquierdo está dividido en dos lóbulos (superior e inferior); y el pulmón derecho, más grande, en tres (superior, medio e inferior).Cada pulmón consta de dos caras: la cara interna o mediastínica (en contacto con el mediastino) y la cara externa o costal (en contacto con la parrilla cos tal). La cara mediastínica de cada pulmón presenta un orificio, el hilio pulmonar, que es la entrada y salida al pulmón del bronquio, arteria y venas pulmonares.

Están revestidos por una membrana serosa delgada, llamada pleura, que consta de dos capas. La capa externa o pleura parietal, reviste la pared torácica, el mediastino y el diafragma. La capa interna o pleura visceral, está unida a la superficie de los pulmones. Entre ambas pleuras existe una cavidad -que en condiciones normales es virtual- que contiene líquido pleural y facilita el movimiento de los pulmones durante la respiración.

El tejido interior de los pulmones es esponjoso y está formado por gran número de estructuras denominadas alveolos pulmonares, que se asemejan a las celdas de los panales de abeja. Las paredes de los alveolos, externamente, están rodeadas de capilares sanguíneos.


Los pulmones intervienen en el proceso de la respiración. Es en ellos donde se produce el intercambio gaseoso, entre el aire rico en O2 que llega a los alveolos y la sangre venosa de los capilares pulmonares, rica en CO2 (a través de la membrana alveolocapilar).

 

El proceso mecánico de la respiración consta de dos fases:


  • Inspiración: el aire entra hacia los pulmones cuando la presión pulmonar es menor que la presión atmosférica. Se produce por la contracción del diafragma y los músculos intercostales. La contracción del diafragma desciende la cavidad abdominal, alargándola. La contracción de los músculos intercostales mueve las costillas aumentando el diámetro del tórax. A medida que aumenta el tamaño del tórax, disminuye la presión en su interior, produciéndose la inspiración del aire.

  • Espiración: es un proceso pasivo. Se inicia cuando la presión pulmonar es mayor que la atmosférica, lo que da lugar a la expulsión del aire. En esta fase, se produce la relajación de los músculos y la disminución del diámetro torácico.


Las patologías más frecuentes del sistema respiratorio, desde las fosas nasales a los pulmones son:

 

Rinitis: es la inflamación superficial de la mucosa que produce una secreción mucopurulenta (con moco y pus) causada por agentes infecciosos o alergénicos. Cursa con malestar, cefalea, estornudos, material de apariencia mucosa que sale de la nariz (rinorrea) y obstrucción nasal.
Sinusitis: es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales (espacios llenos de aire situados alrededor de la frente, las mejillas y los ojos y que están recubiertos de membrana mucosa) produciendo supuración de las cavidades con aparición de cefalea intensa.
Laringitis: es la inflamación de la mucosa laríngea. Se caracteriza por la aparición de afonía, ronquera, picor o dolor de garganta, pudiendo producir, en casos graves, episodios de espasmo de glotis y asfixia. Normalmente se trata de un cuadro catarral que cursa con “tos perruna” o tos laríngea.
Bronquitis: es la inflamación de la mucosa bronquial, normalmente precedida de cuadros inflamatorios de vías respiratorias altas (rinitis, faringitis y laringitis). Sus causas desencadenantes más frecuentes son los agentes infecciosos, fumar, el clima y la exposición al polvo. Su sintomatología es tos productiva (con secreciones), dificultad y ruidos respiratorios.
Asma bronquial: es una obstrucción generalizada intermitente que afecta a las vías respiratorias bajas estrechándolas, lo que provoca dificultad respiratoria o disnea y ruidos respiratorios. Generalmente se produce por alergias o infecciones.
Insuficiencia respiratoria aguda: es la incapacidad aguda de los pulmones para conservar una oxigenación adecuada de la sangre. Los síntomas son confusión, somnolencia y mareos (por acumulación de CO2) además de taquipnea (frecuencia respiratoria mayor de 24 respiraciones por minuto) y disnea (dificultad respiratoria, por falta de oxígeno y sensación de asfixia del paciente).
Edema pulmonar: es una alteración aguda o crónica por aumento del líquido seroso en los alveolos pulmonares o tejido intersticial, que es aquel existente entre los elementos celulares de un órgano pulmonar. Cursa con sudoración, disnea intensa, ruidos respiratorios y variaciones en el pulso y la tensión arterial.
Neumonía: es una infección o inflamación aguda o crónica de los pulmones. Se desencadena por la acción de gérmenes como el neumococo, el estafilococo o el estreptococo. Cursa con fiebre, tos productiva (con secreciones) y expectoración, disnea, taquipnea y dolor torácico.
Tuberculosis: es la infección producida por el bacilo de Koch (micobacteria responsable de la tuberculosis) que generalmente afecta a los pulmones, los bronquios y la pleura. A veces sus síntomas pasan desapercibidos, otras sin embargo, cursa con fiebre, insuficiencia respiratoria, disnea, dolor torácico y astenia (falta de energía y cansancio patológico).
Carcinoma de pulmón: Su principal causa es el tabaco y no suelen aparecer síntomas hasta estadios muy avanzados, en los que el proceso resulta casi irreversible.





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